Greenpeace está en contra de cualquier actividad humana que dañe a las
poblaciones de cetáceos, en particular si esta actividad tiene fines
comerciales. Por eso nos oponemos también a la matanza anual de calderones en
las costas de las Islas Faroe (Dinamarca) y Taiji (Japón).
Greenpeace se
opone a la matanza de delfines y otros cetáceos con fines comerciales o para la
protección de pesquerías (en países como Japón se justifican estas matanzas con
el argumento de que delfines y ballenas comen grandes cantidades de peces).
Nuestros recursos son limitados, por lo que no tenemos una campaña específica
contra la caza de delfines en las islas Faroe (Dinamarca) o en Taiji (Japón).
Nuestra lucha por la preservación de los cetáceos se centra en la caza en alta
mar, en establecer una red de Parques Marinos y en consolidar la prohibición de
la caza comercial establecida por la Comisión Ballenera Internacional (CBI).
También trabajamos a distintos niveles para que la CBI proteja en el futuro a
todos los cetáceos, incluidos delfines y marsopas.
La mayoría de los
delfines, 300.000 al año, mueren no a raíz de su caza si no como capturas
"accidentales" en redes pesqueras poco selectivas, al igual que miles de
tiburones, tortugas, aves marinas y otras especies.
Desde la campaña de
océanos de Greenpeace trabajamos por una mayor sostenibilidad de la actividad
pesquera y que se prohíban estas técnicas que son extremadamente destructivas
con la vida marina. Del mismo modo, trabajamos por la creación de una red global
de reservas marinas que cubra el 40% de los océanos (actualmente sólo el 1% se
encuentra protegido). La creación de estos espacios protegidos sería un gran
avance en la conservación de todo tipo de especies marinas, incluyendo ballenas
y delfines.
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